¿Cuál es el color de tus dientes? ¿Tienen zonas grises, amarillas o marrones? ¿Se ven opacos y sin brillo? ¿Hay separaciones entre ellos? ¿Tienes restauraciones que se notan diferentes a tus dientes? ¿Tus encías tiene zonas oscuras?
¿Cómo solucionar tus problemas?
El color no es suficiente
Los dentistas tomamos el color del paciente para hacer un trabajo estético. Pero quizás no tenemos en cuenta más que alguna de las guías o escalas de “colores” que usamos hace décadas. Son una guía, sin duda, pero hay muchos más factores a tener en cuenta para hacer un trabajo perfecto.
Color comprende tres aspectos: el tinte (lo que se llame comúnmente “color”), la intensidad o saturación de ese tinte, y el valor o luminosidad que es la cantidad de gris o blanco que tiene esa pieza.
Así, se puede elegir un “color” B2 más blanco o más gris sin dejar de ser B2. O cualquier otro ejemplo. Podemos modificar el valor como se quiera.
Variar la intensidad, regularla, o equilibrarla son técnicas especiales para obtener lo que el paciente desea y necesita.
Tinte, Intensidad y Valor son los tres parámetros del color, que debemos manejar en forma independiente. Es importante saber cómo hacer esto.
No es lo único. Conocer cómo se comporta la luz dentro del diente es fundamental.
Hay conceptos importantísimos que debemos conocer y manejar a fondo para hacer una resina directa o indirecta, o una cerámica (sea feldespática, de óxido de silicio, disilicato de litio, con más o menos leucita o de zirconio).
El Comportamiento de la Luz
Le aseguro que tan importante como el color y sus tres parámetros es el comportamiento de la luz en la estructura dentaria.
Conceptos como Transparencia, Translucidez y Opacidad, así como Opalescencia e Iridiscencia, son fundamentales para llegar al éxito estético.
A estos debemos sumar el saber dominar la Difusión de la luz, evitar la Interferencia destructiva de la luz, medir y equilibrar la Fluorescencia, y contar con Índices de Refracción similares.
Si tiene restauraciones que parecen más oscuras, es probable que no se haya medido la translucidez en forma adecuada y se pierda luz hacia el oscuro fondo de la boca. Esto se soluciona de dos maneras: crear un “espejo” interno que devuelva parte de la luz, y/o colocar un esmalte que difunda la luz (del mismo material restaurador).
Por lo tanto el pasaje de luz (del Transparente al Opaco, pasando por un sinnúmero de translúcidos) es imprescindible regularlo.
Muchas veces, conceptos como Opalescencia e Iridiscencia no son tenidos en cuenta, lo que hace que las piezas pierdan “vitalidad”: se ven viejas, sin vida. Los reflejos azulados y anaranjados ayudan a darle naturalidad a las restauraciones.
Obviamente necesitamos contar materiales que permitan hacer esto. En resinas hay 3 en el mundo (Vit-l-escence de Ultradent, por ejemplo), y en cerámica hay algunas más (VM9 de Vita o Carmen de Dentaurum, por ejemplo).
Evitar zonas grises en los dientes
Es muy feo que al lado de una restauración nueva, aparezca una zona gris o marrón que antes no estaba: el halo oscuro. Esto lo conocemos bien los odontólogos y no sabíamos muy bien a qué se debía ni cómo solucionarlo. Nos volvía locos. Para encontrar una solución, se puede ver el artículo en PubMed sobre el tema, que publiqué en el Dental Update de UK en Junio de 2011 y antes en Actas Odontológicas de Uruguay.
Aquí complotan el pasaje de la luz, el índice de refracción y la interferencia, y se resuelve mediante la regulación de la difusión y el control de opacos internos.
Si fuera en las encías, también debemos eliminarlas: con láser terapéutico o quirúrgico (según sea la causa y el tratamiento), o cambiando elementos que las afeen.
Las fotografías, la luz del sol y las discotecas
Según la luz que incida sobre los dientes y las restauraciones esta últimas se notarán más o menos.
Uno de los problemas es regular la fluorescencia. Contar con los materiales adecuados y saber utilizarlos, para que no sólo la restauración sea perfecta en esa luz del consultorio, sino bajo luces “negras” o ultravioletas.
Antes de terminar o cementar un trabajo definitivo, conviene, espejo en mano, ver el trabajo bajo diferentes luces, inclusive iluminados con ultravioleta.
Hay veces que es necesario un blanqueamiento antes o después, de toda la boca o de una pieza en especial. Saber combinar tratamientos es fundamental.
Estética es salud. Sentirse bien con uno mismo hace bien mental, social y físicamente. Liberamos más endorfinas y otras sustancias naturales del bienestar. Nos sentimos mejor para ir en busca del éxito y la felicidad.
«Nuestra colaboración comenzó hace 30 años cuando todavía éramos estudiantes de medicina en la Universidad de Praga y ha continuado desde entonces. Nuestros esfuerzos han sido en gran medida complementaria, y uno sin el otro no habrían llegado tan lejos como en combinación «. Gerty Cori (1896-1957), Praga, Austro-Húngaro y USA, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947.