Una relación emocionalmente abierta y de apoyo puede conducir a mejorar la salud dental.
Estudio encuentra vínculo entre el amor y los dientes sanos.
Estoy seguro que el amor nos hace más felices. Y que incide favorablemente en nuestra salud: se producen endorfinas y encefalinas que colaboran en este proceso, bajan los niveles de stress que consume nuestra energía, mejora nuestra circulación, y muchos procesos más que entran en juego.
Pero el amor para mejorar la salud de los dientes no estaba dentro de mi vademécum.
Hasta que leí la investigación que sigue.
Pero el amor es más fuerte
Un estudio de la Universidad de Queensland (UQ) ha sugerido que existe un vínculo entre una vida amorosa sana y los buenos dientes. El estudio se basó en una investigación previa sobre la teoría del amor entre adultos y encontró que el estar en una relación de confianza y feliz es eficaz para la salud dental.
Confieso que nunca se me había ocurrido un estudio así.
Aclaremos esto
La investigadora de la UQ, Grace Branjerdporn, dijo que el estudio se centró en la dinámica de las relaciones románticas y si esto afecta la salud oral. «Determinamos que aquellos que tendían a evitar la intimidad emocional tenían más probabilidades de tener resultados negativos en la salud oral», dijo Branjerdporn.
«Aquellos que tratan de distanciarse emocionalmente de su pareja pueden ser reacios a programar citas médicas preventivas regulares, ya que tienen mayores niveles de desconfianza hacia los demás y evitan buscar apoyo».
«Por el contrario, se podría decir que tener una vida amorosa en la que se confía en la otra persona y se tiene mayor autoestima conduce a mejores hábitos de visita dental, más confianza en los dientes y su apariencia, y consideran más importantes sus dientes».
Salud, dinero y amor
El estudio examinó a un grupo de 265 personas y encontró que los factores económicos desempeñaron un papel sorprendentemente pequeño en las conductas de salud bucal. Muchos de las personas estudiadas tenían como principal motivación la apariencia estética y no su situación económica.
En esto coincido: mis pacientes tienen realidades económicas diferentes (como todos), y no es el presupuesto por lo que deciden un tratamiento, sino que lo hacen por su salud y por su estética.
“El amor es un misterio.
Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable…” (Gustavo Adolfo Bécquer, 1836-1870, Poeta español).
Quizás el poeta tenga razón, y a las mentes cartesianas les cueste entender que el amor incide también sobre los dientes.
Los resultados del estudio, titulado «Asociaciones entre el amor de adultos y calidad de vida relacionada con la salud oral, comportamiento de salud bucodental y autoestima de la salud oral», fueron publicados en la edición de febrero de la revista Quality of Life Research (Investigaciones sobre la Calidad de Vida).
El estudio está programado para ser reproducido en Canadá pronto y podría ser utilizado en el futuro para ayudar a identificar y apoyar a las personas en riesgo de comportamientos de mala salud oral.
Haz el Amor y no la guerra
John Lennon tiene razón. Indiferencia, desconfianza, desprecio, stress, egoísmo e ingratitud son conductas destructivas. Puede traducirse en mala o pésima higiene, exigencia al otro en lugar de a sí mismo, bruxismo, exigir erigiéndonos en quienes tienen la verdad (¿?) y no saber (o no querer) valorar lo que se nos otorga. Eso puede ser parte de la guerra contra nosotros mismos y aquellos que nos rodean.
Hacer el amor nos da cuidados, confianza, empatía, serenidad, pensar en el otro y correspondencia. Vemos al mundo sin tantas trabas. Buena higiene, colaboración con el tratamiento, hábitos sanos, jugar en equipo y valorar las oportunidades, son mecanismos constructivos que nos ayudan a ser felices, a nosotros y a nuestro entorno. Como señala el artículo, establecer una relación feliz y de confianza es importante para la salud de la boca.
Presente y Futuro
Entonces, si tener una vida afectiva sana tiene como consecuencia una salud bucal mejor, ¿no sería interesante adelantarnos a las causas, tomar el timón de nuestras vidas y cuidarnos en todo aspecto (particularmente, la salud, el bienestar y la estética)? Como dice el refrán: «Vístete no para el trabajo que tienes, sino para el que quieres tener». Adaptando: «tengamos la sonrisa perfecta no por lo que tenemos y nada más, si no para las cosas que vienen y llegarán gracias a ella». Es irnos preparando para lo venidero, es tener la salud que necesitamos, haciéndonos merecedores del trabajo y los esfuerzos realizados.
Creo que empezaré a recomendar, además de una buena higiene dental, cuidado de la función oclusal y las consabidas visitas al consultorio, una buena dosis de amor.
Porque, como dijo Gandhi, “Sonreír no es mostrar los dientes sino el alma”.