¿Qué nos viene a la mente cuando pensamos en alguien que nos agrada? Quizás muchas cosas, pero hay algunas que siempre están: una palabra, una actitud, una mirada, una sonrisa. Una sonrisa atractiva puede ayudar para ser más atractivos, para conseguir los objetivos que buscamos, e incluso para ser exitosos. Pero tener una sonrisa atractiva no implica tener una sonrisa perfecta, ni una acorde a lo cánones de belleza imperantes en nuestra sociedad. Una sonrisa atractiva viene desde nuestro interior.
¿Qué nos viene a la mente cuando pensamos en alguien que nos agrada?
Quizás muchas cosas, pero hay algunas que siempre están: una palabra, una actitud, una mirada, una sonrisa. Una sonrisa atractiva puede ayudar para ser más atractivos, para conseguir los objetivos que buscamos, e incluso para ser exitosos. Pero tener una sonrisa atractiva no implica tener una sonrisa perfecta, ni una acorde a lo cánones de belleza imperantes en nuestra sociedad. Una sonrisa atractiva viene desde nuestro interior.
Saber sonreír es importante para nosotros mismos y para quienes nos rodean.
Sonreír es una fuerza. Atrae a las personas y nos predispone para lograr un estado mejor.
Juan Carlos Zubieta Irún, del Taller de Sociología de la Universidad de Cantabria nos dice:»
«Cada día aprecio más el valor de la amabilidad y el regalo de una sonrisa. ¿No habría que levantar un monumento a las personas que nos regalan una sonrisa? ¿No deberíamos ser agradecidos con esos gestos amistosos que nos manifiestan afecto y nos dan la bienvenida? Pocos gestos transmiten más que una sonrisa. Moviendo unos pocos músculos de la cara los seres humanos podemos expresar: amistad, aprecio, alegría, paz, tranquilidad, salud, confianza. La sonrisa pone de manifiesto una actitud de acogida, de solidaridad, de apoyo, de acercamiento, de apertura al otro. Una sonrisa reconforta, actúa como un bálsamo, es, en ocasiones, una tabla donde agarrase. Está muy asociada a la bondad, a la inocencia, a la pureza. La risa expresa felicidad y, también, constituye un mecanismo de liberación emocional.
Las personas que nos reciben con una sonrisa están animándonos a que nos acerquemos, crean un ambiente acogedor, generan armonía, hacen que tengamos confianza y que nos sintamos bien. Abriendo su rostro también abren sus brazos. Nos invitan. Son generosos. Por el contrario, la persona seria y osca, transmite una actitud poco amistosa, provoca rechazo, nos impulsa a alejarnos.
La felicidad y la tranquilidad de espíritu provocan que las facciones del rostro se relajen; mientras que la amargura y la tensión provocan que los labios se cierren y el ceño se frunza. Es conocido: «La cara es el reflejo del alma». Dicho en otros términos: los gestos son consecuencia y reflejan nuestros estados de ánimo. Sí, los gestos nos descubren.
Los expertos en Etología han demostrado que la sonrisa es un comportamiento innato, no es aprendido. Es decir, en todas la culturas la sonrisa significa lo mismo: sonreímos ante una situación de bienestar y siempre que ocurre algo satisfactorio y agradable. Representa un gesto de paz. «
En esta Navidad, una sonrisa es un gran regalo, tanto para nosotros, como para quien la recibe.
Charles Chaplin: «Nunca te olvides de sonreír, porque el día que no lo hagas será un día perdido»