Son las cuatro y empieza otra vez: la respiración fuerte, los silbidos, el ronquido como una máquina prendida a mi lado. ¡Otra noche más sin poder dormir! Lo toco, lo muevo, pero ya me voy despidiendo de volver a dormir.
Lo que no sabía es que él pasa peor. De noche y de día. Y semana a semana las consecuencias se agravan.
Pero, ¿y soy yo quien ronca? En ambos casos es molesto, pero es a la vez peligroso.
Quien ronca tiene la boca seca, transpira y tiene somnolencia. Y éstos son sólo algunos de los problemas. Otras consecuencias son la falta de concentración, se ve afectado el deseo sexual, aparece la depresión, la ansiedad, e incluso puede haber hipertensión, y dolores de cabeza a la mañana siguiente.
Pueden haber otras consecuencias como irritabilidad, impotencia, problemas de atención, reflujo gástrico, aumento de peso, dolor muscular y fatiga.
Ronquidos
El ronquido debe su sonido a la vibración de las partes blandas de la garganta, como el velo del paladar y la úvula. Al estar relajados los músculos durante el sueño, la vibración aumenta. Incluso su puede llegar a la obstrucción de la vías respiratorias superiores, lo que se conoce como apnea obstructiva del sueño.
El ronquido fuerte puede ser también la causa de contracturas. En el caso de la apnea obstructiva de sueño, se cierran las vías respiratorias superiores por al menos diez segundos más de diez veces por hora. El cerebro reacciona ante la falta de oxígeno: el corazón late más rápido, y la persona afectada pasa de un sueño profundo a uno más ligero, lo que tensa la musculatura y abre las vías respiratorias.
El ronquido suele ser una etapa previa a la apnea de sueño. Un 40% de las mujeres de 40 años en adelante sufren ronquidos y más de un 4% padece apnea obstructiva del sueño. Luego de la menopausia aumentan mucho esos porcentajes. Los hombres tienen ronquidos en un 60% a los 40 años y más de un 6% de apnea, porcentaje que alcanza el 25% unos años más tarde.
Apnea del Sueño
La apnea del sueño es un trastorno común en el que la persona que lo sufre hace una o más pausas en la respiración o tiene respiraciones superficiales durante el sueño.
Las pausas varían en duración y frecuencia. A veces la respiración vuelve a la normalidad (luego de darnos un susto enorme, porque no creíamos que volviera a respirar), y otras, arraca un ronquido fuerte como un serrucho, o como si se atragantara.
La apnea del sueño es un problema de salud crónico que altera el sueño. Se pasa del sueño profundo al sueño liviano cada vez que hay una pausa en la respiración.
El descanso es de mala calidad y aparece el cansancio durante el día. La apnea del sueño es una de las principales causa por las que una persona puede sentir gran cansancio durante el día.
¿Cómo me doy cuenta?
Muchas veces –la mayoría- la apnea del sueño pasa inadvertida, sin diagnosticar. Es habitual que en una consulta los médicos no puedan detectar la apnea, y menos de qué tipo se trata.
Es por ello que la gran mayoría que sufren apnea del sueño no imaginan que la padecen. A menos que un familiar o quien duerma a su lado se lo haga notar.
La forma más común es la apnea obstructiva, donde las vías respiratorias se estrechan o bloquean durante el sueño. Esta es la causa de la respiración superficial o de las pausas durante la respiración.
Al tratar de respirar, el aire que consigue pasar por esa parte estrechada u obstruida puede provocar ronquidos fuertes. Si bien es más frecuente en personas con sobrepeso, todas las personas pueden verse afectadas. Hasta los niños pequeños pueden tener apnea obstructiva del sueño.
¿Qué soluciones hay?
Una consulta con el médico especialista es lo primero. En Uruguay hay médicos con gran conocimiento sobre esto.
Este médico, luego de un diagnóstico exhaustivo, considerará cuáles son las mejores formas para superar el problema. Entre varios caminos puede optar por el odontológico.
El consultorio odontológico puede proveer distintos sistemas para tratar la apnea del sueño (con ronquidos incluidos) y sus consecuencias.
En la actualidad, tratar la apnea es más fácil que antes, reposicionando la mandíbula, la lengua y los tejidos blandos del paladar con sencillos aparatos para dormir. Similares a placas relajantes pero con un sistema especial.
El odontólogo especialista en estos sistemas, que trabaja en coordinación con el médico, le ayudará a informarle, y a solucionar su problema.
«Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.»
Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.