El digluconato de clorhexidina se ha utilizado en odontología durante más de 70 años y es muy eficaz para eliminar las bacterias dañinas, un factor que es crítico, especialmente después de una cirugía y otros procedimientos.
El digluconato de clorhexidina (CHX) se considera el estándar de oro entre los antisépticos orales, pero su uso conlleva una serie de efectos secundarios. En consecuencia, existe una demanda creciente de formulaciones alternativas.