Recuerdo haber acompañado a mi primita a cortarse el frenillo. Había que hacerlo, aunque ni ella con 6 años ni yo (apenas ingresando a la Universidad), sabíamos la razón.
Anestesia, pocos llantos y un bisturí que le dejó con sangre la boca, fue el resultado exitoso de aquel entonces, más de 35 años atrás según mi recuerdo.
Lo que entiendo inapropiado es que se continúe haciendo de la misma forma.
¿Por qué cortar un frenillo?
Cortar no: remodelar o desinsertar. Es mejor.
Dependiendo de la ubicación, el tipo y el tamaño del frenillo, éste puede ser la causa de separación, rotación o malposición de los dientes, incluso del desarrollo y crecimiento de los maxilares.
Detectar esto a tiempo, a muy temprana edad, es MUY IMPORTANTE.
Pueden también generar pérdidas de hueso, retracciones de las encías y otras patologías periodontales. No diagnosticar estos problemas a tiempo pudiera llevar a la pérdida dentaria.
Las alteraciones al hablar son las más obvias, y si bien podría ser el comienzo del camino, es imprescindible consultar a un foniatra.
Soluciones estéticas de la sonrisa es cuando quisiéramos tener una sonrisa más amplia y el frenillo no nos deja. O al revés: mostramos demasiado los dientes y las encías. Muchas veces remodelando un frenillo logramos solucionar el problema.
Hay tres frenillos: uno en el centro de cada labio y otro debajo de la lengua. Además existen varias bridas en toda la boca que hay ocasiones en las que se debe actuar sobre éstas también.
¿Qué aporta el láser?
El láser es rápido, no requiere más que anestesia tópica en gel en la mayoría de los casos, no se vuelven a unir los tejidos (no hay recidiva), no hay sangre y no se necesitan puntos.
Ennumerando las ventajas más notorias de los láseres para realizar las cirugías de frenillo son:
Es muy rápido de realizar.
Mayor precisión del corte.
No deja tejido carbonizado (dependiendo del láser y del operador).
Corta exclusivamente lo que se necesita.
No se vuelve a unir el frenillo ni las bridas (no recidiva).
Ausencia de sangrado.
No se necesitan puntos (sutura) ni cemento quirúrgico.
Lo mejor: postoperatorio inmediato sin inflamación y ni dolor.
La odontología evoluciona
Durante muchas décadas se hizo con bisturí manual y algunos puntos de sutura, y luego se utilizó el electrobisturí, destruyendo más tejido del necesario y muchas veces (o todas, no lo sé) quemando los tejidos e inflamando. No es una experiencia agradable para el niño o para el paciente adulto.
Hoy (en realidad hace décadas), tenemos el láser quirúrgico. Este también evolucionó, mejorando muchos aspectos para beneficio del paciente y del dentista.
Sea un niño muy pequeño, un joven o un adulto, el paciente soluciona su problema en forma definitiva y sin inconvenientes.
Eso si: hay que usar las gafas protectoras.
Un tip: si le entregan unas gafas protectoras que no tengan el nivel de protección de estas debidamente grabado en ambos cristales, quizás el láser tampoco haya sido fabricado con las más altas normas de seguridad.
“El láser funciona de una forma muy simple y muy controlada. No requiere anestesia, no duele nada, y es totalmente ambulatorio. El paciente sale de la clínica a hacer su vida normal” Dr. Gabriel Cura (Uruguay), hablando sobre aplicaciones del láser en su área en Medicina.
El Láser tiene muchas aplicaciones quirúrgicas, desde modelar una encía, eliminar un papiloma, eliminar sangrado, desinfectar, y hacer muchas otras cirugías. Es una fundamental herramienta.