Cada vez más pienso que mis pacientes y yo vivimos en un mundo que va demasiado rápido para nuestros cuerpos.
Si volvemos a ver una película que nos gustó en los años 80, hoy nos puede resultar insoportablemente lenta. Y así con muchas cosas: una computadora de 3 generaciones antes con respecto a una actual, un teléfono celular de hace 5 años versus uno nuevo, un auto o muchos ejemplos más.
Esa velocidad trae consecuencias sobre nuestro cuerpo. Y no sólo es la velocidad, sino la forma con la encaramos este mundo para el que no nos hemos preparado.
Algunos hablan de mayor o menor resiliencia, o de adaptación al medio. Puede ser. Lo cierto es que muchos de nosotros sufrimos este defasaje, seamos conscientes o no.
Las consecuencias en nosotros
Hay enfermedades que no se diagnosticaban hace un tiempo, o que si se hacían la prevalencia era mucho menor.
A nivel de la boca es claro que el bruxismo está en muchos más pacientes. Y sus consecuencias. Los dolores de cabeza, de músculos de la cara, de la nuca y del cuello (y de la espalda superior y lumbar), los problemas de la articulación de la mandíbula, a los que ahora han agregado siglas como TTM (trastornos témporo mandibulares) o DTM (desórdenes témporo mandibulares) y dolor oro facial.
El sábado a la mañana no reunimos tres colegas, y los tres coincidimos que encontramos en el último año más fisuras dentales que antes (dientes o molares fracturados o fisurados –con posibilidad de recuperarse o no-).
Pero desde el consultorio escuchamos también relatos de Enfermedades de Colon Irritable en sus muchas formas u otros trastornos digestivos, Fibromialgias, Trastornos menstruales, Cefaleas intensas, Migrañas insoportables, Ansiedad, Depresión, Trastornos del Pánico, Déficit atencionales, Hipertensión, Psoriasis y muchas más.
No tengo conocimientos para saber si algunas son enfermedades nuevas, si otras han aumentado, si son incluso reales (esto no fue “políticamente correcto” lo sé). Pero me preocupa.
“Paren el mundo que me quiero bajar”
La célebre frase que Quino (Joaquín Salvador Lavado) hace decir a Mafalda, uno de sus entrañables personajes, a veces estamos a punto de pronunciarla, o anhelamos en silencio que tengamos algo de paz.
“Hagamos ahora nuestro futuro, y hagamos que nuestros sueños sean la realidad del mañana.” Malala Yousafzai, Mingora, Pakistán, 12 de julio de 1997, Premio Nobel de la Paz, 2014 con 17 años.
Me preocupa el aumento de consecuencias del stress, así como la cantidad de casos de enfermedades diagnosticadas y otras no diagnosticadas.
Y a nivel de los dientes y su entorno pasa algo similar.
El Stress en la boca, cara, cuello y cabeza
Ya no alcanza una placa relajante (para dormir) como hace unos pocos años parecía solucionar el tema del bruxismo nocturno.
El Dr, Jeffrey Okeson, pope de los problemas mandibulares (hoy TTMs o DTMs) fue contundente: las placas de relajación –si lo logran realmente- son apenas un medio, un método más de diagnóstico y tratamiento dentro de muchos otros.
Es por ello que no solamente debemos manejar varios tipos de placas hoy en día, sino láseres, ejercicios (el Dr. Owen hace muchos años que insistía con ello), y sumarlos a otros especialistas.
El Ser Humano es un TODO.
Ese concepto debemos tenerlo MUY CLARO: todas las partes del organismo influyen sobre el todo, y cada una de ellas es afectada por el Todo.
También, lo postural afecta al bruxismo, como el bruxismo afecta lo postural. La columna está involucrada en todos estos aspectos.
Fisiatras, Fisioterapeutas, Osteópatas, y todos los que puedan ayudar son bienvenidos. La verdad no está en solo sitio.
Es importante que el Clínico sepa ver al paciente como un todo, y no dedicarse sólo a una pequeña parte: aunque debe ser un experto de la pequeña parte, nunca debe perder la noción del todo, física y psicológicamente.
El clínico debe ser, ante todo, humano y sensato.