En Australia, a medida que se suavizan las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19 ha permitido que los profesionales dentales comiencen a ofrecer tratamientos dentales electivos. Es decir, se comenzó a reiniciar la odontología bajo férreas mediadas de bioseguridad.
Gracias al éxito de Australia en disminuir el número de casos nuevos de SARS-CoV-2 cada día, el gobierno nacional anunció la semana pasada que las restricciones se reducirán. El cambio entró en vigencia el 27 de abril y permitirá que el dentista australiano pueda proporcionar una serie de tratamientos comunes.
Las medidas obligatorias como el distanciamiento social y el cierre de fronteras han demostrado ser bastante efectivas para reducir la transmisión de la enfermedad en todo el país.
Como lo ha hecho durante la pandemia de COVID-19, la Asociación Dental Australiana (ADA) orienta sobre qué procedimientos pueden hacer los profesionales dentales y bajo cuáles condiciones: siempre que el control de infección y las medidas sean las apropiadas.
«Sé que este no es un regreso regular, y para algunos, puede parecer un pequeño paso, pero en realidad es un gran salto dadas las circunstancias que enfrenta todo el mundo», comentó el Dr. Carmelo Bonanno, presidente de la ADA, en un mensaje de video a los miembros de la asociación. «Es una oportunidad para muchos de nosotros comenzar a reconstruir y volver a lo que hacemos mejor».
“Si se presenta una segunda ola de COVID-19, puede haber un cambio en las restricciones. Pero por ahora, estaremos vigilando el paisaje y asegurándonos de que todos nos mantenemos a salvo hasta que haya una pausa en esta pandemia «, agregó Bonanno.
NUEVA ZELANDA
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, también anunció un leve alivio de las restricciones.
Al otro lado del mar de Tasmania, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció el lunes que el país ha logrado detener la transmisión comunitaria del SARS-CoV-2.
El Consejo Dental de Nueva Zelanda (Te Kaunihera Tiaki Niho) ha publicado una página de orientación para profesionales de la salud oral para saber qué servicios pueden ofrecer a los pacientes. A diferencia de Australia, los dentistas de Nueva Zelanda todavía no pueden proporcionar atención de rutina y seguirán limitándose a brindar solo tratamiento urgente o de emergencia hasta que las pautas se revisen nuevamente dentro de dos semanas.
Fuente principal: Brendan Day, DTI
URUGUAY
Dice el Ministerio de Salud Pública en uno de sus informes: “No todos los entornos dentales se encuentran diseñados y equipados para el manejo adecuado de pacientes que requieren precauciones para evitar la transmisión de enfermedades…”
Por ello DEBEMOS TRANSFORMAMOS, cuidando hasta el mínimo detalle. Entre todos debemos cuidarnos en esta NUEVA NORMALIDAD.
Ante la realidad que muchos odontólogos están abriendo sus consultas (algunos hace mucho tiempo, y otros nunca las cerraron), hemos diseñado una sugerencias que enviamos a muchos colegas y a directivos de nuestra Asociación Odontológica Uruguaya, a efectos de crear un protocolo que ayude a los colegas a volver a la práctica con la mejores medidas de bioseguridad.
INSTRUCCIONES PREVIAS AL PACIENTE
Se determinará si corresponde atender al paciente de acuerdo a las sugerencias de la Asociación Odontológica Uruguaya y del Ministerio de Salud Pública, vía telefónica, mensajes, videoconferencias, emails, etc., de forma de cumplir los objetivos como profesionales de la salud y jugar un rol activo en las medidas sanitarias.
Se determinará el tipo de emergencia/urgencia/procedimiento a efectuar vía telefónica, mensajes, videoconferencias, emails, etc., a efectos de programar su cita en el momento adecuado, con el especialista correspondiente, y tener el instrumental y material necesario para atenderlo, evitando material extra en las mesadas.
Se le enviará un cuestionario sobre su estado de salud, síntomas específicos y contactos que pudo haber tenido últimamente. Debe ser respondido para poder coordinar la cita.
Se pedirá puntualidad al paciente, para evitar que se encuentre con otro paciente.
Asistirá solo sin acompañante (sólo en el caso de un menor o persona con necesidad de ayuda, en cuyo caso se aceptará a un único acompañante, que debería quedar en un asiento especial en la sala de espera con mascarilla, que se le provee).
Debe llegar sin pulseras, collares o pendientes al haberse demostrado que el coronavirus permanece sobre superficies metálicas durante días.
Debe ser informado de la conveniencia de abonar preferentemente con tarjeta y no en efectivo (menor probabilidad de contaminación viral).
INGRESO DEL PACIENTE
Abre y cierra la puerta (lo ideal es contar con puertas automáticas, o con brazo que la cierra)
Pasa por sobre una alfombra con definfectante.
Se le toma la temperatura con un termómetro de distancia (los hay a 5 cm y otros de hasta 1 m. También existen otros sistemas más sofisticados.
Deja su cartera, portafolio, abrigo, y otros enseres en un perchero o silla para ese propósito.
Toma asiento en una silla lavable fácilmente.
Se evita la sala de espera y los elementos que se acostumbraba encontrar en ella, ya que actúan como fómites (revistas, folletos, almohadones, etc.).
Se le entrega zapatones -que se coloca-, luego alcohol en gel para sus manos, un gorro -que se coloca-. Algunas Clínicas o Consultorios, entienden que el paciente debe usar guantes descartables que se le proveen, o, por lo contrario, evitan el alcohol en gel y rocían con alcohol al 70% al menos las manos del paciente.
Pasa directamente al consultorio.
De entender apropiado tener algún asiento, su superficie debe ser fácil de desinfectar.
Muchos de estos procesos (y de los del punto anterior) tienen como objetivo que el paciente no tenga contacto otros pacientes, especialmente si eventualmente coincidieran niños y adultos. Evitar la coincidencia y mantener el distanciamiento físico es fundamental.
VESTIMENTA DE RECEPCIONISTA
Debe portar máscara de acetato especial, gafas de protección, mascarilla N95 o FFP2 (el FFP3 no es necesario), gorro, sobretúnica, pantalones especiales, botas y guantes. Por debajo, tendrá su equipo de trabajo y zapatos de uso exclusivo para la Clínica.
El recepcionista es quien hace uso del termómetro, quien ofrece los zapatones descartables para colocar sobre los zapatos, dispensa en las manos del paciente alcohol en gel, y entrega un gorro descartable.
Eventualmente, si el odontólogo o la Clínica lo deciden así entrega también un par de guantes descartables de nitrilo al paciente que debe colocarse. O pulveriza alcohol al 70% en manos, al menos.
Si hay un acompañante deberá concurrir con mascarilla (o el recepcionista le hará entrega también de una mascarilla descartable).
Confirma que el cuestionario de salud y contactos enviado por email o mensaje no haya sufrido modificaciones.
El recepcionista luego de tomar la temperatura y entregar zapatones, alcohol en gel y gorro atenderá en la recepción, detrás de una mampara de acrílico.
Allí hará la cobranza (mejor por tarjeta de crétito o débito), dará la próxima cita (estos moviminetos pueden hacerse remotos, lo que es de preferencia); entregará recetas si fuera necesario, y/o explicará planes de tratamiento, presupuestos u otras dudas que el paciente tenga. Se reitera: todo lo que pueda hacerse de forma remota, así se hará.
El paciente se parará detrás de una cinta (de 2 colores preferentemente) fijada en el piso a un metro de la recepción y de la mampara, para protección de paciente y de recepcionista.
Es importante que el paciente se movilice lo menos posible. Dentro de este item está el baño, el que evitará usar, excepto en los casos de urgencia.
No está autorizado su uso para lavado de dientes o de manos.
Se podrían colocar toallas de papel papel en dispensador eléctrico con célula de proximidad.
Se podría colocar jabón líquido con dispensador eléctrico con célula de proximidad en cuarto de baño.
Airear los espacios comunes cada cierto tiempo (cada hora unos 10 minutos).
EL CONSULTORIO
Es importante que el área clínica esté nítidamente separada del resto. Si esta es grande y cuenta con varios consultorios, es bueno establecer un sistema de esclusas, de forma de dividir de a uno o dos consultorios. Si estas esclusas tienen entradas independientes hacia el exterior, es mejor aún.
Para entrar al área clínica y al consultorio se pasa a través de una puesta de vidrio fácilmente desinfectable (mejor si es automática, o al menos con cierre autónomo) y sobre una alfombra desinfectante (ideal es una sticky mat o alfombra pegajosa).
En el consultorio, las mesas, así como todas las superficies, no tienen nada: solamente hay una bandeja. Y se puede sumar el material o instrumental que se va a utilizar con el paciente que está entrando.
El sillón tiene un (nuevo) film, al igual que la computadora y su monitor, teclado y ratón, y la pantalla grande delante de ti.
Hay sillones que son fácilmente desinfectables, por lo que el film es un estorbo, más que una ayuda. Si es útil el uso del film en los objetos informáticos, u otros que se entienda que aporta una protección y ayuda a evitar la infección cruzada.
Por supuesto, todo fue previamente desinfectado: todas las superficies. El paciente se sienta en el sillón y se le cubre con un campo quirúrgico con un orificio (mediano) para la cara.
Las sustancias de desinfección son alcohol al 70% o Hipoclorito de sodio al 5% (hay estudios que van hasta el 25%).
Una vez sentado el paciente en el sillón, se trata el campo externo (cara) con agua oxigenada 10 volúmenes (3% o medicinal). Algunos odontólogos, prefieren utilizar alcohol 70%, o yodopovidona 0,2%.
Se coloca sobre el paciente un campo de TNT 30, 40 o 50 (esto lo hace más o menos impermeable) estéril, con un orificio para la boca o cara.
Se coloca sobre el paciente una barrera articulada acrílica (con pie) regulable. Se colocan las manos del/de los operador/es debajo de esta. Y se ve por encima.
Esto tiene dos objetivos principales: 1) evitar respirar sobre el paciente (pese a utilizar máscara, gafas protectoras y mascarillas N95 (o FFP2 -o 3, en casos muy especiales), y 2) limitar la diseminación de lo que salga de boca, como por ejemplo la pulverización realizada mediante jeringas triples, turbinas o ultrasonidos.
Pueden colocarse dos barreras, según sea más cómodo para el operador y la asistente clínica.
Lo más riesgoso (para el odontólogo y asistente) es el spray de la turbina, ultrasonido o jeringa triple, por ello se deben cuidar en no contagiarse ni ser vehículos de los virus.
El campo interno se hace con un pequeño vaso descartable con agua oxigenada al 1 a 3% (3 a 10 vol) para un enjuague que no descarta en la salivadera (lo ideal es que no esté o que esté sellada con film) sino que lo quitan con suctores de alta potencia.
Las mangueras deben estar cubiertas de portamangueras, que se extienden sobre los terminales.
EL PERSONAL DE SALUD: ASISTENTE Y DENTISTA
El lavado de manos debe hacerse frecuentemente: antes y después de cada paciente, y en todo momento. Es la primer medida para evitar el contagio e infección cruzada.
Debe portar máscara de acetato especial, mascarilla (N95 o FFP2 de ser posible, o mascarillas quirúrgicas. El FFP3 pudiera ser necesario en algún caso muy específico), gafas de protección, gorro, sobretúnica, pantalones especiales, casaca, botas y guantes de nitrilo o doble par de guantes de látex. Por debajo, tendrá su equipo de trabajo y zapatos de uso exclusivo para la Clínica.
Además un ambo y sobretúnica descartable, un tapabocas con válvula amarilla o blanca (pero no de exhalación), gafas protectoras y una máscara que le cubre cara y cuello.
Se cambian con frecuencia los guantes, y deben controlar con los suctores (por ello hay dos o tres) para evitar que la pulverización que arrastran parte los fluidos orales que se producen por la turbina, ultrasonido o jeringa triple.
Muchas veces trabajarán con aislación absoluta y otras colocarán un abrebocas con suctor incluido.
Al finalizar, se le explica al paciente algo del tratamiento o se deja para hacerlo por vía remota (videollamadas, llamadas telefónicas o mensajes).
En general se recomienda el trabajo a cuatro manos (asistente instrumentista), más una asistente volante. O, dependiendo de la especialidad, se podrá trabajar con una asistente volante dentro del consultorio (quizás la forma más común de trabajo).
SALIDA DEL PACIENTE
Se va solo del área clínica, lo recibe el recepcionista, se quita los zapatones (con o sin ayuda), el gorro y los guantes: hay un recipiente especial donde descartarlos.
No se cruza con nadie, porque el consultorio está dividido en esclusas: cada parte del consultorio está separada de la otra por vidrios o acrílicos, y con puertas INDEPENDIENTES, hasta para salir al exterior.
El pestillo de la puerta está desinfectado, por supuesto.
Abre y se va.
DESINFECCIÓN POSTERIOR
Se pulveriza TODO el consultorio con pulverizadores tipo mochila de 5 a 16litros, dejando que la sustancia actúe, por todos los pisos que el paciente pasó, por todo lo que tocó (pestillos, silla, sillón, perchero, etc.).
Hay diferentes teorías sobre dónde hay que despojarse de la vestimenta descartable contaminada. Entendemos que es mejor quitar los guantes y la sobreúnica en el consultorio, y descartarlos en bolsa plástica: TODO el material de descarte son Residuos Contaminados. Se pulveriza todo el consultorio, se envuelven la bandeja e instrumental y se descarta en la bolsa aquellos elementos que tocaron al paciente, o restos de material.
Cerrando el ciclo: todo es desinfectado por pulverización, aireado y reorganizado.
En el consultorio la labor es la clásica pero muy aumentada: se desinfectan nuevamente todas las superficies, ahora con toallas de papel decartables.
Se purifica el aire con aerosoles con definfectante y se airea.
También se pulverizan los integrantes del equipo, y se hace otro lavado de manos (esto es prioritario en todas las etapas).
Luego se pulveriza la sala de espera, recepción y áreas por las que el paciente pasó.
El cuidado es completo.