Los estudios han demostrado que las personas emocionalmente inteligentes tienen más probabilidades de tener éxito tanto en su vida personal como profesional.
La inteligencia emocional (IE) se relaciona con las formas en que una persona puede comprender y gestionar sus propias necesidades, así como reconocer y ocuparse de las necesidades de los demás y las habilidades para hacerlo.
Como profesional dental, estas son habilidades importantes porque cada actividad durante un proceso de tratamiento requiere conectarse emocionalmente con los pacientes.
LA IE ES FUNDAMENTAL
La buena noticia es que se puede aprender la IE. La Inteligencia Emocional se describe como la existencia de cuatro rasgos de comportamiento dominantes.
Estos son: autoconciencia, conciencia social, autogestión y capacidad para gestionar las relaciones.
Los siguientes párrafos investigan cada característica y consideran algunos consejos sobre cómo esos rasgos pueden traducirse en la vida laboral diaria en una clínica dental.
CONCIENCIA Y CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO
La autoconciencia es la base para ser un buen profesional, pero requiere una autorreflexión.
Evaluarse a uno mismo objetivamente a diario puede ser una buena forma de comprender las fortalezas y debilidades que se mostraron en determinadas situaciones a lo largo del día.
Pedirle a compañeros de trabajo de confianza que se describan a sí mismo también puede ser una buena fuente de información. Otro gran consejo es llevar un diario en el que se puedan escribir las metas, los planes y las prioridades para referencia futura.
CONCIENCIA SOCIAL
Para ser más consciente socialmente y, esencialmente, un mejor profesional, es útil practicar algunas habilidades de observación.
Son las que incluyen aprender a comprender lo que significa escuchar verdaderamente a los demás.
Para hacer eso, es esencial prestar atención al tono de voz de otras personas, observar las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
También, desarrollar un sentimiento por el estado de ánimo general en la oficina y tratar de notar los pequeños detalles que pueden marcar una diferencia considerable.
AUTOGESTIÓN
A menudo, antes de que alguien tenga la capacidad de concentrarse en los demás y prestar atención a las cosas aparentemente sutiles que suceden en una práctica, es necesario que controle su propia carga de trabajo.
Planificar cada día de trabajo y asistir a las reuniones preparado puede marcar una gran diferencia y proporcionar una sensación de control.
Otra excelente manera de practicar la autogestión es establecer una meta, enfocar la atención en esta tarea, reflexionar sobre la tarea y luego, conscientemente, seguir adelante.
HABILIDAD PARA GESTIONAR RELACIONES.
Todos estos consejos deberían, en última instancia, ayudar a mejorar las relaciones en el lugar de trabajo.
Esto es así porque las personas que trabajan en sí mismas desarrollan una mejor comprensión de lo que sucede dentro de las cabezas de las personas que las rodean.
Para profundizar las conexiones con los compañeros de trabajo, es importante identificar las necesidades de las relaciones, gestionar los límites, apreciar a los demás y programar el tiempo para construir relaciones.
Esencialmente, la razón por la que la IE es fundamental es que se pueden resolver más problemas del mundo real con habilidades para las personas en lugar de con inteligencia pura.
Afortunadamente, la vida cotidiana tiene muchas situaciones reservadas en las que se pueden practicar los cuatro rasgos de comportamiento dominantes.
También en el consultorio odontológico.
Fuente principal:
Dental Tribune International, Alemania, 19 de agosto de 2021