El deseo de dientes más blancos ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Hoy en día, vivimos en un mundo donde la apariencia es extremadamente importante en cualquier campo; de acuerdo con estudios independientes realizados para la Asociación Estadounidense de Odontología Cosmética:
• 99.7% de los estadounidenses están convencidos de que una sonrisa brillante es un factor social importante;
• El 96% de los adultos están convencidos de que una sonrisa desagradable puede tener una influencia negativa en las oportunidades de carrera;
• El 74% de los adultos piensa que una sonrisa desagradable puede tener una influencia negativa en las oportunidades de carrera. También somos conscientes de que el deseo de tener una sonrisa brillante con dientes blancos ha existido durante siglos, pero la investigación en este sector solo ha avanzado notablemente durante las últimas décadas.
También somos conscientes de que el deseo de tener una sonrisa brillante con dientes blancos ha existido por siglos, pero la investigación en este sector solo ha avanzado notablemente durante las últimas décadas. Y más en los últimos años.
Esto sucedió especialmente a finales de los años 80, gracias al Dr. Eyneman y al Dr. Aiwood, [1-4] que concibieron la idea del tratamiento de blanqueamiento en el hogar con el uso de las conocidas cubetas de blanqueamiento con peróxido de carbamida, personalizadas, para ser utilizadas durante algunas horas al día o incluso toda la noche.
Posteriormente, las empresas del campo dental trabajaron arduamente para mejorar estos procedimientos, como diseñar bandejas precargadas o cambiar el sabor del gel.
Su uso es en el consultorio, lo que entre otras cosas, permite al odontólogo ver la acción del producto en nuestros dientes y la respeusta de nuestro organismo.
La acción blanqueadora del peróxido necesita un período de contacto variable para penetrar a través de los prismas del esmalte y los túbulos dentinarios, liberando oxígeno activo y permitiendo que los radicales libres ataquen las partículas cromóforas y alcancen el efecto deseado.
Es importante que el dentista especializado vea la acción de cada producto, determine los tiempos y las estrategias (diseña un blanqueamiento personalizado en productos, en el orden de los mismos, y en las concentraciones y tiempos).
El advenimiento del láser ha ayudado mucho en los blanqueamientos, mejorando los resultados y tiempos, así como el intercambio iónico reparativo de la estructura dental.
Durante años he escuchado a colegas utilizar uno o dos sistemas (“yo siempre uso este”) y descartar los otros.
Considero que cada paciente es un universo, con sus características propias, su vivencias y sus sentimientos. Y también con diferentes respuestas biológicas acada tratamiento.
Por ello debemos diseñar un blanquemiento para cada paciente.
Un blanquemiento sólo para ti.