La atención de la salud bucal para personas adultas mayores y para personas cuyo estado físico general esté significativamente influenciado por procesos degenerativos y enfermedades que se asocian habitualmente con la persona mayor.
Suelen tener una o más enfermedades crónicas que implican un deterioro físico o mental debilitantes, con problemas asociados psicosociales y/o derivados de tratamientos medicamentosos.
A medida que pasan los años la gente vive más y conserva cada vez más sus piezas dentarias. Al mismo tiempo, sus demandas son cada vez mayores y requieren de profesionales capacitados, para poder llegar a un grado de comprensión indispensable que posibilite un buen diagnóstico y un plan de tratamiento adecuado.
El cuidado de los dientes es una prioridad, sin importar cuál sea su edad para evitar graves problemas dentales, pero un buen dentista geriátrico puede ser necesario a medida que envejece. Es conveniente programar dos chequeos dentales regulares al año. Muchas enfermedades del cuerpo tienen síntomas que aparecen en la cavidad oral.
A través de exámenes dentales regulares, se puede encontrar evidencia en los dientes y las encías de las personas mayores de algunas enfermedades como enfermedad del corazón, enfermedad hepática, trastornos de la alimentación, anemia, diabetes, osteoporosis, artritis, y muchas otras.
Como siempre, en la cavidad bucal (dientes, encías, mejillas, labios, hueso, lengua, glándulas salivares, etc.) se manifiestan enfermedades generales. También puede una enfermedad bucal tener su repercusión en todo el organismo.
Prevenir es la clave. Y curar con un criterio integral.