CUIDADOS COVID
En los últimos días aumentó la cantidad de casos de covid. En todas nuestras actividades y relacionamientos debemos aumentar los cuidados. Por el bien y la salud de todos.
También aumentamos los cuidados en el consultorio. Por ti, por nosotros, por nuestras familias.
Las áreas están claramente separadas por puertas de vidrio. Es un “Sistema de Esclusas” para proteger a los que se encuentran en cada parte.
LA SALA DE ESPERA NO ESTÁ
Se te hacen unas preguntas por teléfono (triage) antes de fijar la cita.
Llegás a la hora de tu cita. No hay nadie en la sala de espera, y no hay revistas.
No te cruzás con ningún paciente. Los pacientes son citados con mucho tiempo entre uno y otro.
Una persona con máscara de acetato especial, mascarilla quirúrgica, N95 o FFP2, gorro, sobretúnica, pantalones especiales, botas y guantes te apunta con el termómetro, te ofrece zapatones descartables para colocar sobre tus zapatos, te da alcohol en gel para frotar tus manos, y un gorro descartable.
Luego te entrega una hoja con unas pocas preguntas para que llenes y pasarás inmediatamente a la consulta, sin tocar nada.
Si quisieras pedir un turno, pagar o hacer preguntas, lo harás detrás de una línea amarilla a un metro de la recepción, que ahora tiene una MAMPARA DE ACRÍLICO para protección tuya y de la persona que te atiende.
Es bueno que no utilices el baño, excepto casos de urgencia. Pero no para lavarte los dientes o las manos.
EL CONSULTORIO
Pasás por una sticky mat (alfombra pegajosa) y entrás al área clínica y al consultorio. No hay nada. Todas las mesas vacías. Sólo una bandeja.
Algunas zonas tienen un film, al igual que la computadora y su monitor, teclado y ratón, y la pantalla grande delante de ti.
Todo fue previamente desinfectado: todas las superficies. Te sentás en el sillón, cómodo, y se te cubre con un campo quirúrgico.
Te dan un gorro, un pequeño vaso descartable con agua oxigenada al 1 a 3% (3 a 10 vol) para un enjuague que no descartás en la salivadera (no está) sino que te la quitan con suctores de alta potencia, te limpian la cara con desinfectantes suaves para la piel, pero eficaces.
Luego colocan una BARRERA de acrílico articulada para separarte del odontólogo y asistente.
Ves bien y estás protegido.
EL PERSONAL DE SALUD
Esperás encontrar a dos astronautas, pero no es tan así. Tienen zapatones, gorro y guantes como tú.
Además un ambo y sobretúnica descatable, un tapabocas SIN VÁLVULA, y una máscara que le cubre cara y cuello.
Se cambian con frecuencia los guantes, y deben controlar con los suctores (por ello hay dos o tres) para evitar que la pulverización de los fluidos salga de tu boca.
Muchas veces te trabajarán con una goma (aislación absoluta) y otras te colocarán un abrebocas con suctor incluido.
Luego, te explican algo de tu tratamiento o dejan para hacerlo por vía remota (videollamadas, llamadas telefónicas o mensajes).
Y TE VAS
Te quitas los zapatos (con o sin ayuda), el gorro y los guantes: hay un recipiente especial donde descartarlos.
No te cruzás con nadie, porque el consultorio está dividido en esclusas: cada parte del consultorio está separada de la otra por vidrios o acrílicos, y con puertas INDEPENDIENTES, hasta para salir al exterior.
El pestillo de la puerta está desinfectado, por supuesto.
Abrís y te vas. Seguro y tranquilo.
QUÉ PASA ADENTRO
Se pulveriza TODO el consultorio dejando que la sustancia actúe. Se dejan tiempos para desinfectar y airear.
Cerrando el ciclo: cuando llegás todo fue desinfectado por pulverización, aireado y todo está perfecto.
Dice el Ministerio de Salud Pública en uno de sus informes: “No todos los entornos dentales se encuentran diseñados y equipados para el manejo adecuado de pacientes que requieren precauciones para evitar la transmisión de enfermedades…”
Por ello NOS TRANSFORMAMOS, cuidando hasta el mínimo detalle. Entre todos debemos cuidarnos.