La atracción tiene aspectos físicos y no físicos. Ambos son importantes. Lo que hay que tener en cuenta es que los internos se expresen por cómo mires, sonrías, hables o gesticules.
1. Actitud.
Tu actitud es lo más importante y lo tenés que considerar. Ser positiva, saber sonreír con la boca y la mirada te hará ser más llamativa y te facilitará la forma en cómo te relacionás con los demás.
Saber trasmitir lo que sos realmente. Eso te dará seguridad y poder relacionarte con personas que te valoren.
Lo que expreses es importante, tanto con tu lenguaje corporal como con tus palabras. Sé tú misma, pero la mejor versión.
2. Sonrisa.
«La belleza es poder, una sonrisa es su espada». John Ray (Naturalista inglés, 1627-1705)
La sonrisa es siempre un punto de atracción inevitable. Una sonrisa clara, armónica, pero también sincera y que demuestre tu alegría y serenidad interna.
Al sonreír mostramos más los dientes superiores. Al hablar mostramos más los inferiores, en general.
Tanto unos como otros deben estar limpios, claros, alineados y de una forma que armonice con tu rostro. El equilibrio, la armonía y la belleza son conceptos que se unen.
También la encía debe ser cuidada: es bonito no mostrar mucha encía. Debe haber un equilibrio entre dientes, encías y labios. Modelar la encía, los dientes y armonizar todo con respecto al rostro es importante. La Regla de la Proporción de Oro es la regla de la Belleza que debemos respetar y aplicar.
3. Mirada.
Tus ojos pueden ser muy hermosos, pero lo que trasmite tu mirada va mucho más allá. Tu Mirada habla por ti y mucho antes de emitir un solo sonido. Una mirada inteligente, profunda, divertida, amable y atenta atrae mucho.
El juego entre la mirada y la sonrisa hacen muy atractiva a una mujer (y a un hombre también, por supuesto), pero no solamente por sí mismas. Deben trasmitir algo más que destellos. Deben transmitir tu estado interno.
«La sonrisa es una bienvenida universal». Max Eastman (poeta EEUU, 1883-1969).